jueves, 20 de enero de 2011

/ Un balazo en cada hijo /


“Serán las madres las que digan: Basta (…) / serán las madres
todas rehusando / a ceder sus vientres al trabajo inútil / de concebir tan
sólo hacia la fosa (...)/
¿por qué lograr espigas que maduren / para una
ciega de ametralladoras? / por qué llenar prisiones y cuarteles? / ¿Por qué suministrar carne con nervios / al agrio espino de las alambradas, / bocas al hambre y ojos al espanto?
"
(Ángela Figuera Aymerich, Rebelión)


Por la llaga abierta de su cuerpo, México desprende
lágrimas de carne:

méxico (la nación-vagina que es la patria),
la enorme herida que nos
pare ¿qué espera
para decir B.A.S.T.A. a ese
desfilar de espectros que se matan?,

-uuuuun sepulcro para ellos (de horror)-

y así nos regalas diariamente al minotauro
nos crucificas en tu enorme nopal de fierro
pinche bestia tricolor,
águila que nos aniquila y
nos asfixia,
así estamos tus
hijos, los descamisados, los
encobijados, morimos en
nuestra cuna-ametralladora, morimos
diariamente en tu alambrada.

[ Cuando satanizamos los
vicios, heredamos el infierno ]

2 comentarios:

  1. Me gustaría poder recordar mis sueños.








    La Homeopatía no resulta en mis altos grados de amnesia.









    Saludos hermano, desde la boca de una serpiente sin nombre.







    Mosca

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