miércoles, 10 de noviembre de 2010

marionetas de letras

las palabras merecen descanso:
son como nuestros muertos, se les acaba el alma de tanto vivir y pronunciarse, se les acaba el cuero viejo de su carne, y ya sin fuerza se tumban en el suelo a esperar que alguien las entierre bajo un montòn de lodo y de renglones.

¡dios!... ¿y si resultara que las palabras también rezan? ¿si se arrodillan ante nosotros dejando que dirijamos su destino?

yo sólo sé que cuando desaparezca el hombre ya no habrá ni dioses ni lectores y quedarán las palabras, al fin, huérfanas y libres, libradas del mono que las gruñe y las dibuja (libradas del mono que las mata)

mientras tanto:
chíngate y lee, que con alfileres en los ojos te espino mi palabra disecada
mi palabra habla: hacia tus oídos estos bichos de mis labios
palabras-vómito del poeta-borracho



Cantina "El Guayabo"
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"Sí, también yo quisiera ser palabra desnuda.
Ser un ala sin plumas en un cielo sin aire.
Ser un oro sin peso, un soñar sin raíces,
un sonido sin nadie...
Pero mis versos nacen redondos como frutos,
envueltos en la pulpa caliente de mi carne"
(Ángela Figuera Aymerich)

1 comentario:

  1. Donde el cielo ha caído
    las palabras aún revuelven
    los hilos de la vida.
    Ha de ser allí, en el nacimiento
    de la Tierra y su emergencia
    donde renueven las palabras
    su fuego y su destino.

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